Henri Cartier Bresson
(Chanteloup-en-Brie, 1908 Montjustin, 2004)

Cartier-Bresson estudió pintura y muy pronto desarrolló una fuerte fascinación por el surrealismo. Fue en 1932, durante un viaje a Costa de Marfil, cuando comenzó su pasión por la fotografía y la cámara Leica, pasión que le acompañaría el resto de su vida.  Además de la pintura y de la fotografía también se interesó por el cine, y fue ayudante de dirección de Jean Renoir.

 

Fue otro de los socios fundadores de Magnum. Él se había definido toda su vida como artista, y Robert Capa le advirtió: “si te etiquetan como fotógrafo surrealista te quedarás en eso. No te darán un encargo. Serás como una planta de invernadero. Defínete como fotoperiodista y harás lo que quieras”.

 

Durante la Segunda Guerra Mundial fue fotoperiodista de la Armada Francesa y en 1940, tras haber sido hecho prisionero de guerra se unió a una organización clandestina  dedicada a ayudar a prisioneros y fugitivos. En 1945 fotografió la liberación de París junto a un grupo de periodistas profesionales, filmando después el documental Le Retour  (El regreso) sobre la vuelta de los prisioneros de guerra.

 

En paralelo, realizó para  la editora Braun una serie de retratos de artistas, pintores y escritores como Matisse, Bonnard, Braque, Rouault, Claudel; entre otros.

 

En 1947 cofundó en Nueva York la agencia Magnum y hasta 1950 viajó por Europa y Oriente (China, India, Birmania, Paquistán e Indonesia), fue el primer fotógrafo que visitó la URSS y realizó reportajes para las grandes revistas del mundo.

 

A partir de 1968 su actividad fotográfica disminuye y centra su trabajo en el dibujo y la  pintura. En 2003 creó en París, junto a su esposa y su hija, la Fondation Henri Cartier-Bresson para la conservación de su obra. Cartier-Bresson recibió un sinfín de premios, distinciones y doctorados honoris causa. Murió el 3 de agosto de 2004 en su domicilio de  Provenza semanas antes de cumplir noventa y seis años. Está considerado como el padre del fotoperiodismo moderno.

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